Llegué y no estoy ni entero ni igual. En verdad, no se si entero o no. Tal vez haya partes nuevas que me cuesta reconocer como propias. Quizás en partes, quizá no. Lo que sí es seguro es que no estoy idéntico. Casi invariablemente, los viajes producen mutaciones. Sin dudas.
¿Me alejé? ¿De dónde?
¿Me acerqué? ¿A qué?
Conocí lugares y sus personas. Conocí personas de otros lugares que no conozco. Me abracé con hermanos de todo el continente, y de mas allá también. Rompimos las fronteras, esas líneas dibujadas que solo existen en mapas. Entendí cosas que antes no entendía y cada vez entiendo menos.
Volví.
¿Entero? Probablemente no. Deje mucho y tome otro tanto, difícil ecuación.