un poco de todo, mucho de nada, razones, reflexiones y cualquier cosa cercana...

miércoles, 27 de febrero de 2008

Romina

En general, un poco por vergüenza y otro poco para pasar inadvertido, me siento en la parte trasera del salón de clase. No es que ame la soledad ni nada por el estilo, sino que, en clase, me da mucha vergüenza hablar en voz alta y que todos me escuchen. Más que timidez es un poco de desconfianza. O cobardía quizá, pero prefiero estar resguardado en las últimas filas.
La contemplo desde el fondo del salón. Ella da la clase. Me sorprende el efecto raro que provoca en mí. Parecerá enamoramiento lo que quiero describir, lo sé, pero puedo asegurar que no lo es. Quizás a los demás alumnos también les pase lo mismo, no lo podría afirmar. Su nombre es Romina; es profesora en la Facultad. Y está embarazada.
A veces, detiene la clase unos segundos, se lleva una mano al vientre y lo acaricia, tratando a mimar a su bebé. Mira hacia arriba y se le escapa siempre una sonrisa. Pequeña, leve, diminuta, como si quisiera disimularla. Aunque yo esté lejos de ella y no la conozca realmente, la noto soñadora. Pienso en lo que estará viendo, porque esa mirada llega algo más allá del techo. Estará, posiblemente, pensando en el hijo o hija que crece dentro de ella. Acaso imagine el nacimiento de su bebé, o en el primer día de escuela del niño. Tal vez imagine cómo será el invierno que se acerca, ella junto a su marido - si es que lo tiene -, y con su bebé recién nacido. Romina cierra los ojos con lentitud y, mientras baja la cabeza, suspira sutilmente y retoma la lección.
Aunque todo suceda en muy breve tiempo, lo vivo como si durase mucho más. Tal vez sea yo el único que se percata de la situación. Lo que encuentro cautivante es la ternura que transmite sin siquiera sospecharlo. Un raro sentimiento de paz invade mi cuerpo y siento, durante esos escasos segundos, que una inédita calidez colma mi interior. Hay algo especial y fascinante en Romina. De eso estoy seguro. Su cuerpo desprende un halo transparente, luminoso, casi mágico. Su sonrisa irradia una luz blanquecina capaz de alumbrar todos los rincones de esta oscuridad. Por su expresión se nota como si ocultara algo. Quizá sea algún secreto del embarazo, de esos que solo las mujeres conocen y comparten, y que los hombres apenas podemos imaginar. Aunque hoy yo, a través de los ojos de Romina, haya espiado un poco.
PnZ!

miércoles, 20 de febrero de 2008

Hondo

Basta de superficie.

Quiero la profundidad…

Suficiente orilla.

Necesito tocar el fondo del mar...

There´s something deep in me waiting to escape

...PnZ!

lunes, 18 de febrero de 2008

Crema

No se si es por el olor...

Quizá sea la consistencia...

O el color...

No se...

no soporto la crema Hinds.

Un asco.

PnZ!

miércoles, 13 de febrero de 2008

El señor de las moscas

El mundo está podrido.
Hay cosas lindas que valen la pena.
Pero el mundo está podrido de verdad.

¿Somos los humanos como somos culturalmente?
¿O somos como somos por humanidad innata?
¿Es así y nada mas la condición humana?

Si, terminé ¨El señor de las moscas¨ y me dejó pensando...

...PnZ!

martes, 12 de febrero de 2008

Diario de viaje # 4

7 de Enero de 2008 – Capital Federal – Trelew – Puerto Madryn

Sin dormir salimos desde casa en un taxi hacia aeroparque. Tras muchas colas, papelerio y demás, abordamos nuestro avión y, dos horas mas tarde, llegamos a Trelew. No nos quedamos nada, enseguida un minibús nos acercó hasta el camping ACA en Puerto Madryn. Un poco caro, pero con todas las comodidades, tales como agua caliente, luz, proveeduría, etc. Pusimos nuestra carpa y nos tiramos a dormir.
Tras una merecida siesta nos encaminamos hacia la playa. Caminamos por la arena unos tres kilómetros hasta llegar a la zona céntrica. Recorrimos un poco, comimos una pizza en la costanera y tomamos unas cervezas. Luego, solo nos relajamos. Nos quedamos tirados en la arena y nada más. Excelente. Al fin un poco de desconexión de todo.
No llevábamos un día de viaje y ya hubo una pérdida terrible. La cámara de fotos se hundió y se ahogó. Nos fuimos a nadar y dejamos la mochila con la cámara adentro en un lugar libre de agua. Libre hasta que volvimos y encontramos nuestra mochila flotando. En fin, malas noticias, nos estamos yendo al fin del mundo y no vamos a tener fotos.
En el camping conocimos a Ramiro, un abogado pelado que le gusta mucho viajar. Nos convidó un poco de sus fideos y nos pusimos a charlar. Nos contó de sus viajes, su historia. Terminamos yendo los tres a la playa y nos quedamos viendo las estrellas, el cielo, las luces de la ciudad y su reflejo en el mar que estaba calmo. Aparecían grandes nubes grises que prometían tormenta, pero por suerte solo fueron amenazas. Que bueno que está conocer gente de la nada y ponerse a charlar de cualquier cosa. Escuchar nuevas historias, otras visiones de lo mismo, salir de lo conocido.
Se que es el mismo cielo que vemos en Capital Federal, pero, de alguna manera, es otro. Te invita a pensar, a divagar, a mirar dentro de uno, o lo que estas haciendo o en nada en particular. Pensé en mis amigos, en mi familia, en mi abuelo…
Excelente primer día, sin nada en particular, pero que lindo es salir de la ciudad y estar en cualquier lado con un amigo y charlar, callar, pensar, volver a charlar…
...PnZ!

sábado, 9 de febrero de 2008

Diario de viaje # 3

25 de Enero de 2008 – Calafate

Arriba al mediodía. Comimos pan y un poco de las sobras del asado de anoche. Caminamos hasta la terminal y nos tomamos un colectivo que nos llevó hasta el Perito Moreno. ¡Que lugar! Toda una masa inmensa e interminable de hielo rodeada por el Lago Argentino y abrazado por montañas llenas de nieve. El glaciar tenia formas extrañas, formando picos. Era de un blanco enceguecedor. En su interior estallaban fuertes azules. Fuimos bajando por las pasarelas, cada vez acercándonos más. Imponente. El glaciar tronaba. Se escuchaban fuertes ruidos, como gruñidos. Una verdadera bestia. Cada tanto un pedazo se resquebrajaba y caía causando fuertes estruendos de larga duración. El agua quedaba completamente turbia, con pedazos de hielo flotando.
Tras tres horas de estar completamente embobados con el glaciar nos sentamos en un banco. Cada uno en su mundo pensando. Cerré los ojos y sentía el viento y escuchaba los tronidos. Sinceramente ninguno de los dos podíamos creer donde estábamos.
A la noche invitamos a Nico y Johnny al camping e hicimos a las brasas un cordero patagónico. Que tierno y delicioso. Por supuesto lo disfrutamos todos menos Cami que, por ser vegetariano, comió verduras. Salieron algunas cervezas, fernet con coca, guitarra. El encargado del camping, al que apodamos Walker, no se decidía entre retarnos por el ruido o quedarse con nosotros charlando y riéndose. Un poco de ambigüedad. Al final no estábamos seguros si lo bancábamos o no.

...PnZ!

jueves, 7 de febrero de 2008

Diario de viaje # 2

27 de Enero de 2008 – El Chaltén

Tras una buena dormida que nos ayudó a recuperar las fuerzas necesarias para la travesía planeada para este domingo comenzamos la caminata a las once de la mañana. Elegimos el sendero que nos llevaría hacia el Fitz Roy. De movida el recorrido era en subida. Caminábamos por un sendero de un metro de ancho varios metros y, cuando nuestro corazón se agitaba demasiado, parábamos algunos minutos hasta reponernos. Todo nuestro alrededor era paisaje bellísimo. Cada vez más alto. Cada tanto había miradores. Ahí era cuando nos dábamos cuenta lo alto que llegamos. El sendero variaba en pisos de tierra, arena, rocas. Alrededor todo bosque con árboles de todas formas, ramas que se entrecruzaban formando figuras extrañas. Luego, aparecían claros donde el sol pegaba fuerte. No podíamos decidirnos y el buzo entraba y salía de nuestro cuerpo según el momento. Por momentos parecía la comarca del señor de los anillos. Con pastos verdes sin mucha elevación.
Luego de dos horas llegamos a la Laguna Capri. Muy fría, pero su agua era deliciosa. Cargamos nuestra botella y seguimos camino. Luego llegó Poincenot. Nos desviamos del sendero y fuimos por unas rocas blancas hasta la base del Cerro Fitz Roy. Caminamos por el borde de un río y volvimos a nuestro sendero que nos llevó hasta Río Blanco. Paramos ahí y, en un refugio en medio de la montaña, cocinamos unos fideos con tuco. Nos relajamos tirados al leve sol que pegaba en nuestros rostros hasta que las insoportables moscas gigantes nos obligaron a seguir. Recargamos la botella una vez más y emprendimos la caminata hacia la Laguna de los tres. Nos advirtieron que era difícil, empinado y largo el camino, pero que valía la pena. Y si que fue difícil. No solo por la dificultad del camino, sino que ya llevábamos tres horas caminando. En fin, le pusimos ganas, caminamos obstinados en llegar. Las paradas fueron un poco mas frecuentes. La gente que volvía de la laguna nos daba fuerzas para seguir, nos motivaban diciendo que valía la pena. Y fue cierto nomás. Una laguna redondeada increíble, de un turquesa fuerte, coronada por detrás con los cerros Fitz Roy y sus dos compañeros a su derecha, el Poincenot y el Saint-Exupery. Una imagen espectacular, una visión solo posible desde el lugar donde estábamos, un lugar invisible desde otro lado. Era un paraíso escondido, un oasis. Valió todo el esfuerzo y todo el dolor en nuestras rodillas que sufrimos después. Apenas el frío comenzó a sentirse fuerte emprendimos el retorno.
La vuelta fue dura. Lo que era empinado mientras subíamos ahora era muy difícil de bajar. Tras resbalones, pasos seguros y lentos, y mucho pero mucho de caminar llegamos al camping a las nueve de la noche. Por supuesto no duramos mucho más. La cena rápida y silenciosa y a dormir.

martes, 5 de febrero de 2008

Diario de viaje # 1

Aclaración: Antes que nada me gustaría aclarar que el diario no va a aparecer en orden cronológico. Irán apareciendo diferentes anecdotas de los días pasados en el sur según un orden no establecido, siguiendo un criterio indeterminado, contando lo que me apetezca en el momento. Desde ya perdón por las confusiones y ojalá lo disfruten.
20 de Enero de 2008 - Ushuaia
Nos despertamos al mediodía tras una noche que terminó a las cinco de la mañana. Aunque es difícil saber que día es en vacaciones, el aire dominguero se sentía. No había ruidos y todo era paz. El hostel estaba vacío, todos los habitantes de esas habitaciones se habían despertado más temprano y se habían ido a algún lado.
Como nos habíamos echo amigos del encargado del hostel, organizamos el almuerzo juntos. Pablo era chef, se había dedicado a la cocina durante mucho tiempo, así que nos invitó unas pizzas caseras increíbles. Comimos como cerdos junto a él y a nuestras amigas ushuaienses Nadia, Natalia y su hija Candela. Luego de una prolongada sobremesa emprendimos camino hacia Playa Larga.
Manejamos hasta la entrada, apenas pasando un faro azul. Descendimos del auto y nos dispusimos a caminar. El camino era de tierra, tortuoso, con curvas, subidas y bajadas, todo rodeado de árboles y oscuridad. Sombras por todos lados y, hacia la derecha, a unos quince metros, se veía el mar.
Tras varios minutos de caminata llegamos a un claro. Un prado verde enorme, sin ningún árbol, con pequeñas ondulaciones, completamente lleno de pequeñas flores de pétalos blancos y algunas más grandes y aisladas amarillas. El pasto era esponjoso, se sentía como acolchonado. Hacia delante solo un pequeño monte al que subimos y luego bajamos para rodearlo por un estrecho sendero que nos llevó hacia un arroyo lleno de piedras y troncos. Siguiendo por el costado del agua llegamos a su desembocadura en el mar. Nos subimos a unas rocas y veíamos todo el Canal de Beagle y, mas atrás, montañas nevadas y nubes gigantes que tapaban su picos. Nos quedamos ahí un par de horas. Mate, guitarra y charla mientras nos asombrábamos por el paisaje que nos rodeaba.
Cerca de las nueve empezamos la vuelta. Menos mal que el sol recién se ponía pasadas las diez, sino hubiese sido bastante tétrico.
...PnZ!

lunes, 4 de febrero de 2008

Hola, volvi

Buenas...
Volví. Una lástima...
Que calor insoportable. Que deprimente es febrero en capital.


En fin... ya vendrán las crónicas del viaje al sur, los personajes, anecdotas y demás cosas que pueden no interesarle a nadie pero tengo ganas de escribirlas, asi que gracias por dejarme esa libertad. Asi es, veremos como sigue esto.


Adios!
Salud!

...PnZ!