un poco de todo, mucho de nada, razones, reflexiones y cualquier cosa cercana...
viernes, 28 de diciembre de 2007
miércoles, 26 de diciembre de 2007
Un rostro
Esa piel, esa sabana delicada y mansa, era resbaladiza. Cubría con perfección sus destacados pómulos. Redondeados y sobresalientes pómulos sobre cuales descansaban sus ojos. Que decir de sus ojos, para que escribir sobre ellos. Como describir en estas simples líneas lo que ellos transmitían. Dulzura en miles de gotas ahogadas en dos mares enormes de límites precisos y exactos en donde podrías hundirte y vivir en un mundo de fantasía. Bellísimos. Después pestañó. Increíble. Asombroso. Fue un movimiento impecable. Justo antes que el párpado superior se fusione con el inferior vi como sus ojos levemente miraban hacia abajo y a la derecha. Como desinteresada en la magia que estaba a punto de desplegar. Todos pestañamos. De hecho vivimos pestañando y es un acto tan involuntario como poco especial. Pero en ella fue diferente. Por lo menos esa vez. Ese pestañeo lento y suave fue como quedar desnudo frente a una nube negra a punto de desgarrarse y deshacerse en miles de gotas de agua.
Entre ambos pulidos pómulos estaba su nariz. Chiquita. Delicada. Era el punto medio perfecto. Era el centro entre dos aguas y dos montes. Fina, pero de corte suave. Hacia la punta se redondeaba y terminaba en un par de orificios elípticos dibujados en armonía con el resto de la cara. Su interior no se mostraba, como ocultando un secreto. Hay veces que la nariz es muy grande o muy chica, o las fosas se muestran enteras o no se ven para nada. En ella no. Su nariz era una conjunción de piezas creada con una arquitectura prodigiosa.
Por debajo estaba su boca. Tierna. Pequeña. De forma ahusada y humedecida precisamente, como planeado, como controlando la cantidad de agua que cada célula de su labio mostraba hacia el exterior. Un suave matiz rosado cubría su extensión que no llegaba más allá de los bordes de la pera. Salvo que sonriera. Ahí si sus extremos se extendían superando sus propios limites y rozaban bordes distantes. Una sonrisa calma, serena y silenciosa.
Una cara hermosa pintada en un cuadro por un artista de los colores, con mil matices diferentes. Una figura dulce, esculpida por manos expertas y herramientas celestiales. Un rostro por demás bello, como un regalo. Un aroma que lo cubre todo.
viernes, 21 de diciembre de 2007
Nada
miércoles, 19 de diciembre de 2007
Cucarachas
domingo, 16 de diciembre de 2007
Pasaje de una noche
Mi corazón contaba latidos más numerosos que los que podría llegar a tener. Sentía como estaba a punto de colapsar, a minutos nomás del latido final. Mi respiración también estaba agitada. No llegaba a entrar aire a los pulmones y, esa sensación de no poder respirar no me dejaba pensar en nada más. Era como estar ahogándose en el mar. Mi pieza como un inmenso mar sin agua. Mis músculos estaban tiesos, no podía moverlos. Temblaban. Quería hacer fuerza y levantarme a abrir la ventana pero mi cuerpo no respondía. Los esfuerzos mentales que hacia para intentar salir de la situación eran en vano.
Me desperté hoy a la mañana y me acordé de este pasaje de anoche. No se si pasó. No se como lo resolví.
viernes, 14 de diciembre de 2007
Un poema de Borges
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma,
y uno aprende que el amor
no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad
y uno empieza a aprender.
Que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas
y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta
y los ojos abiertos
y uno aprende a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para planes...
y los futuros tienen una forma de
caerse en la mitad.
Y después de un tiempo
uno aprende que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
Así que uno planta su propio jardín
y decora su propia alma, en lugar
de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende...
y con cada día uno aprende.
jueves, 13 de diciembre de 2007
Diferente
PnZ
miércoles, 12 de diciembre de 2007
Simetría
Cuando iba a la escuela primaria mi máximo deseo era ser futbolista.
En la escuela secundaria deseaba convertirme en estrella de rock.
Al llegar a la universidad me decidí por medicina.
Ahora que estoy en el hospital vuelvo a desear ser estrella de rock.
En un mundo simétrico, y siguiendo la tendencia, en un par de años voy a querer nuevamente ser futbolista. Y cuando sea viejo voy a querer ser Batman.
Que aburrido un mundo simétrico...
lunes, 10 de diciembre de 2007
Hielo
sábado, 8 de diciembre de 2007
Odio
miércoles, 5 de diciembre de 2007
Sobre sueños...
Apenas desperté me sentí feliz. Completa y absolutamente feliz. Había soñado algo perfecto. Amanecí excitado y con los ojos casi llorosos. El sueño era tan solo un abrazo. Nada más, y nada menos también. Ella estaba detrás de mí y tenía sus brazos rodeando mi cintura. No muy fuerte en realidad. Sentía su respiración suave en mi cuello. Cada tanto movía mi cabeza hacia atrás para recibir su beso. Ahora que lo pienso, en ningún momento vi su cara. Tampoco hizo falta. El sueño no duró mucho. O, mejor dicho, lo que me acuerdo del sueño no es más de lo que acabo de contar. Quizá solo lo recuerdo porque fue el último antes de despertarme. Agradezco que así haya sido, porque sino hubiera quedado olvidado para siempre, como si nunca hubiese ocurrido.
Me quedé pensando en eso último… ¨como si nunca hubiese ocurrido¨. Al final, si yo no recordara el sueño, ese abrazo nunca hubiese sucedido. Y es eso lo que me llama la atención, ya que no pasó sino en sueños, pero de alguna manera pasó, y ahora lo estoy contando. O sea, lo que pasa en sueños es también un poco parte de nuestra realidad, nos puede modificar, transformar, nos hace sentir sensaciones, aunque alucinadas, bien reales.
Pienso en la cantidad de sueños que habremos soñado y no recordamos. ¿Habré soñado cosas parecidas a esta alguna otra vez? ¿Se habrán perdido por no despertarme a tiempo? ¿Qué otros sueños estaré escondiendo?
martes, 4 de diciembre de 2007
Soberbia
lunes, 3 de diciembre de 2007
Cualquiera
Números simétricos solo hay dos: el 0 y el 8.
Conclusión: en este momento mis pensamientos están en cualquier lado...
sábado, 1 de diciembre de 2007
Existencial
Vivo, o por lo menos lo intento, haciendo lo que me parece, lo que siento. Uno se mete en cosas, hace planes y, de ninguna manera, hay una seguridad. Hay algún objetivo, alguna idea, pero jamás hay alguna certeza mas que una convicción. Está el destino, está el método, están las ganas y uno se mueve. Pero las cosas a veces no son como uno espera. Quizá lo que queríamos no era lo que pensábamos que era. O, lo que pensábamos que queríamos no era lo que habíamos deseado. La falta de certeza me lleva a pensar que uno se va moviendo como le parece motivado por corazonadas. O por capricho, porque ciertas cosas no tienen una razón. Uno puede dar vueltas y buscarle una respuesta a un acto y puede llegar a ser imposible. Es de tal manera y ya, lo sentí así y obré de ese modo por un presentimiento, algún augurio.
Los pensamientos se hilaban uno detrás de otro. Estaba pensando muy claro, pero las respuestas seguían sin aparecer. Empecé a dudar de todo. De lo que hago o no. De lo que hice o vengo haciendo. En cualquier nivel. Sea amoroso, laboral, familiar o de otro ámbito. No llegar a conclusiones me marea.
No se. Son las tres de la mañana y ya volví de mi salida. Estos pensamientos van y vuelven. Y, es verdad, quizá mañana no estén. O si. No importa, así es ahora.
miércoles, 28 de noviembre de 2007
Inicio y fin
sábado, 24 de noviembre de 2007
Raro
martes, 20 de noviembre de 2007
Una noche de guardia
Unas zapatillas rotas y sucias cubrían sus pies. Nada más, ni siquiera tenía medias para poder aliviar el frio. Sus pantalones le llegaban a las rodillas. Sus piernas estaban descubiertas y lastimadas. Nos miraba con cara triste y nos explicó como había recibido esas heridas cortantes en la rodilla en una brutal pelea callejera. Mientras hablaba y contaba su historia no nos miraba. Nosotros estábamos paralizados, escuchando cada palabra.
Un poco mas tarde, ya menos dolorido, lo vimos un poco más cómodo. Una hora después, cuando fuimos a ver como seguía ya no estaba. Se había ido, se había dado de alta él mismo. Adonde habrá ido no sabemos, no tenia donde ir.
lunes, 19 de noviembre de 2007
Alrededor
El mundo, por darle un nombre al conjunto de todas las cosas que nos rodean, denominación que bien podría ser otra, está a irremediablemente a nuestro alrededor, nos abraza y eso es absolutamente inevitable. El mundo está y es, y nos contiene. Seamos humanos o materiales estamos adentro. Todos.
Cada uno con su personalidad, su forma de ser y de vivir, sus ventajas y desventajas, partes positivas y negativas, con las cosas que nos gustan y las que no también, son de una manera y eso, definitivamente, no se puede cambiar. O si, pero corresponde a cada uno. Aceptarlas así como son porque nosotros también queremos que nos acepten así, tal cual somos, es la regla. No vamos a tolerar que nos quieran cambiar, si bien podemos quererlo o aceptar críticas, así como no vamos a forzar a nadie que haga algo en contra de su voluntad. Lo más importante es estar tranquilo con uno, cómodo con la propia conciencia. Y dejar a los demás ser, que cada uno haga su experiencia.
No se quien escribió:
"Intentar ser uno mismo, en un mundo que lucha día y noche por convertirte en algo que no eres, es una de las mayores batallas, y de las mas duras, que se puedan luchar".
En fin, eso es lo que es ahora. Hay cosas que hay que aceptar, otras por las que vale la pena hacer algo. Así somos, infinitos y múltiples, entonces, que viva la pluralidad.
...PnZ!
sábado, 17 de noviembre de 2007
Dos mundos, uno solo
¿Quien fue Pablo Neruda?
Realmente, siendo argentinos, chilenos o prácticamente de cualquier parte de América Latina y el mundo, la respuesta a esta pregunta no tiene mucho de secreto. Abundantes biografías en libros, enciclopedias e Internet, miles de poemas y cientos de historias. Solo a modo de ponernos de acuerdo y ubicarnos en un contexto, podemos resumir que nació en 1904 y murió en 1973 en Chile. Fue poeta llegó a ganar el Premio Nóbel en 1971 y, en lo que respecta al texto de hoy, fue miembro del Partido Comunista.
¿Quien fue Gabriel González Videla?
Quizá para los chilenos esta también sea una pregunta un tanto fácil. Pero, para muchos otros, sí es una propuesta válida, aunque sea solo por ser un personaje un poco menos conocido o popular. Fue presidente de Chile desde 1946 a 1952. Llegó a la presidencia tras una unión entre radicales, comunistas, liberales e independientes. Tras ser electo dijo unas palabras muy bonitas y mentirosas: “Yo les aseguro a ustedes que no habrá poder humano ni divino capaz de romper los lazos que me unen al Partido Comunista y al pueblo”. Bien, después de estas encantadoras palabras, en 1947 expulsó a los comunistas de todos los cargos públicos. Cuando las protestas sociales empezaron, el presidente comenzó con la brutal represión. Se estableció un campo de concentración en Pisagua, en donde, muchos años mas tarde, fueron encontradas fosas con detenidos y desaparecidos. En 1948 dictó la Ley de Defensa de la Democracia. Esta ley, básicamente, prohibía al Partido Comunista. Desde 1973 hasta su muerte en 1980 colaboró con la dictadura militar de Augusto Pinochet como vicepresidente del Consejo de Estado.
No por nada su apodo es ¨el traidor ¨. Un traidor hecho y derecho.
¿Como se conectan estos dos personajes tan distantes?
Que bien aquí se respira
en el paso Lipela
donde no llega la mierda
del traidor González Videla
En febrero de 1949 Pablo Neruda, escapando de Chile, pasó a través del Paso Lipela, llegó a San Martín de los Andes y escribió estas cuatro lineas. Una vez en la ciudad neuquina, siguió camino hacia Buenos Aires, para finalizar, por ultimo, en Francia.
Dos historias que se cruzan en una historia, dos vidas unidas en una vida.
...PnZ!
viernes, 16 de noviembre de 2007
Treinta
En fin, un mes, uno entre doce, entre veintiocho y treinta y un días desde que apareció envuelta en trapos tras un recorrido de casi nueve meses.
jueves, 15 de noviembre de 2007
Noviembre
Camino unas cuadras hacia la parada del colectivo. El fuerte viento que pega en mi rostro no me deja respirar normalmente. Bajo la cabeza tratando de facilitar la entrada de aire a mis pulmones. No llevo más de dos cuadras caminadas desde que inicié esta mínima travesía por el barrio y ya estoy completamente despeinado. No que realmente importe, pero este viento invernal en medio de la primavera me está perturbando.
Un señor sentado en la vereda, apoyado en la pared de una casa, bebe pequeños tragos de una bebida misteriosa oculta en una bolsa. No puedo saber que es, podría intentar adivinar, pero no me gustaría prejuzgar o enjuiciar al anónimo bebedor. Así que queda librado a ustedes los lectores imaginarse el brebaje que mas les guste, sea alcoholizado o no, para este desconocido personaje. Su cabeza mira hacia el otro lado de la calle, pero sus ojos no miran hacia ningún lado. Da breves tragos y no se mueve mucho. La gente, también yo, desfila a su lado y no pasa nada. El señor sentado no se inmuta tampoco. Su crecida barba blanca ni siquiera se mueve por el poderoso viento confundido de estación.Empiezo a sentir la nariz congestionada. Mis ojos comienzan a estar llorosos, siento como pican. Llego a la parada y el colectivo tarda. La cola, que era de tres o cuatro personas, comienza a alargarse. Todos esperando lo mismo, ese número que nos lleve a nuestro destino. Sea cual fuere ese final propio de cada uno, donde nos separemos, todos coincidimos en este momento. Una conexión mínima, un nudo irrelevante. Pero, aún así, son vidas que se cruzan, se atan y se desatan en un momento ínfimo pero real, son cruces y separaciones, todas en un pequeño lapso mientras esperamos el colectivo.
miércoles, 14 de noviembre de 2007
Tres
Tres momentos, tres situaciones. El nene con su pelota. Esta cubre mas que todo el ancho de su cuerpo. El adulto cojeando con la pierna izquierda. El anciano mirando apoyado en su andador.
Mientras espero que me abran la puerta del edificio miro mi alrededor. Sentado y esperando. Miro al nene que deja caer la pelota y, con cara curiosa, ve como se escapa y se mete bajo el auto estacionado. Dobla levemente las rodillas, se apoya en ellas con sus manos, y mira, trata de observar donde quedó su pelota. El adulto, desnivelado hacia la izquierda, baja cosas del auto. Con mucho esfuerzo desciende cajas y las carga hacia la puerta vecina al edificio en el cual estoy sentado, esperando y viendo. El anciano está un poco mas allá ahora. En el transcurso de la situación antes redactada solo logró recorrer uno o dos metros. En realidad no se si no pudo o no quiso. Apoyado en su andador, mirando sus pies a veces, observa hacia arriba y adelante. La madre del nene aparece en escena y rescata el balón desde la oscuridad que reina debajo del auto. Hace la solemne entrega del objeto preciado. El nene, de vuelta, abraza su pelota. La tira al piso e intenta patearla pero se le escapa. El adulto, con su única pierna hábil intenta frenarla pero no puede. Resignado, con ojos ciados, le dice al nene: ¨perdón, no pude¨. El adulto se vuelve a acomodar, había quedado flexionado hacia delante en el intento por recibir el pase del nene. El anciano se había dado vuelta. Ya no miraba más hacia el lado de la plaza, ahora miraba hacia el lado de la avenida. Sin haber hecho ni un paso habia cambiado su panorama. El nene, el adulto y el anciano. Tres momentos, tres situaciones. O un solo momento, una sola situación, pero diversos puntos de vista.