La vida vista desde otra perspectiva me está enseñando numerosas cosas.
Entrando al hospital a la mañana siempre hay tumulto, personas apresuradas, nerviosismo y todo lo esperable en estos hombres y mujeres que están dependiendo momentáneamente del dificultoso sistema de salud pública porteño. Hoy enfrenté esta situación una vez más, al igual que hago a diario desde hace casi tres años. La única y no menor diferencia fue que la enfrenté en muletas. Y me sorprendí. Mucho. En realidad no se porqué esperaba otra cosa. La gente no se solidarizaba con mi situación o la de otras personas que, aun en mas dificultades que yo, intentaban sortear el fino pasillo multitudinario en una silla de ruedas. Muchas personas en vez de hacerse a un lado, correrse levemente, solo nos enfrentaban y avanzaban aun mas rápido. En vez de hacernos lugar nos encerraban cada vez mas. Me sorprendí. Muchísimo. Tanto de las personas que no nos dejaban pasar como de mi propia ingenuidad en creer que la gente se podría solidarizar al menos mínimamente con personas con movilidad reducida. Vergonzoso.
Entrando al hospital a la mañana siempre hay tumulto, personas apresuradas, nerviosismo y todo lo esperable en estos hombres y mujeres que están dependiendo momentáneamente del dificultoso sistema de salud pública porteño. Hoy enfrenté esta situación una vez más, al igual que hago a diario desde hace casi tres años. La única y no menor diferencia fue que la enfrenté en muletas. Y me sorprendí. Mucho. En realidad no se porqué esperaba otra cosa. La gente no se solidarizaba con mi situación o la de otras personas que, aun en mas dificultades que yo, intentaban sortear el fino pasillo multitudinario en una silla de ruedas. Muchas personas en vez de hacerse a un lado, correrse levemente, solo nos enfrentaban y avanzaban aun mas rápido. En vez de hacernos lugar nos encerraban cada vez mas. Me sorprendí. Muchísimo. Tanto de las personas que no nos dejaban pasar como de mi propia ingenuidad en creer que la gente se podría solidarizar al menos mínimamente con personas con movilidad reducida. Vergonzoso.
...pnz
4 comentarios:
es que hay gente que no vale ni dos pesos... y están por cualquier pasillo, como comunes mortales.
Parece mentira!
(que ellos estén y que nos sorprenda!)
me generó un poco de tristeza esto que escribiste
Qué hijos de puta! Ojalá se quemen en el infierno estos hijos de puta!
Saludos!
a mí me operan este viernes, y también anduve mucho por el hospital durante estas últimas semanas por prequirúrgicos y trámites varios
pero cuando se acerca uno con muletas me corro, no por solidaridad sino porque tengo miedo de que me sacuda un muletazo en el bocho
Publicar un comentario