un poco de todo, mucho de nada, razones, reflexiones y cualquier cosa cercana...

jueves, 11 de septiembre de 2008

Borda

Una mañana como tantas otras del reciente invierno fui al Hospital Borda. Me quedé rondando en la puerta del aula esperando que empiece la clase de psiquiatría. Los pacientes internados pueden caminar libremente por los pasillos del hospicio y, usualmente, se acercan a pedir cigarrillos o monedas.
Ese día, mientras me distraía con el celular, se acercó una persona. Levanté la mirada y note su aspecto particular, con una larga barba blanca de muchos meses, completamente despeinado y con signos claros de no haberse aseado en los últimos días. Se aproximó y me dijo que era poeta y que quería leerme el poema que había escrito. Sacó algunas hojas de su bolso, las colocó frente a sus ojos y comenzó a recitar sus palabras que habían sido volcadas en papel.
Me quedé quieto, inmóvil, escuchando absolutamente sorprendido. Al finalizar su relato sacó de su bolso una copia de su poema y me la entregó. Me dijo gracias y se fue caminando dibujando ondulaciones con su paso.
Cuatro hojas me entregó, completamente rellenas de oraciones. Aquí les trascribo lo que pude deducir de esas paginas de letras, a veces, incompresibles, repletas de frases tachadas, sin alineamientos, pero llenas de magia e intriga.

Poema escrito por una persona internada en el Hospital Borda.

Debo pedir por favor que me des tu mano
Me encuentro rendido, estoy bajo el sol
Ana no duerme, espera el día
Tengo la vida, en la paciencia exterior

Hubo una vez un pez que volaba
Y una serpiente también
Grandes montañas
Lagos, (…), pescadores, gruyas.

Y el nuevo mundo
Sin Dios y en libertad
El tiempo otro
Nuevo el continente hoy

Abre los ojos… despacio
Acaricia el sagrado objeto
Toma la pluma, la tinta en el papel
Respira profundo, estudia y allí (…)

Debo pedirte por favor que me des tu mano
Me encuentro rendido, estoy bajo el gran sol
Y las cigüeñas (…), rojo y distante
En los atardeceres de las selvas

Y zapatos antiguos de Osaka
Y un te humeante, una bebida fuerte (alcohol)
Y un kimono de seda
Dragones de la festividad, fuegos artificiales

Y música excitante
Y también un país de la nieve
Y cerezos al sol del invierno

Se cierra una mampara
La geisha va, por ley
A descansar
Pintada su cara plástica y (…)

De teatros antiguos
Con su abanico
Juega con sus hijitos
Se esconde y vuelve a aparecer.

Toma te de rosas
Exquisito sabor
Rojas oscuras
Y blancas jazmín te

Les acomoda el almohandocito a sus hijitos
Y le dice… descansa
Descansa hija, mi niña bien amada
Suyi cierra sus ojos
Y Oghigu le canta

Es hora de soñar
Con labores y hermosas cosas
De lo antiguo y (…) en madera
Volátiles, lee el cuento antiguo

Sueña y descansa
Tu tiempo llego
Aquí estoy
Aquí es (…), de artesana tu de paz

Y lo salvaje, y la estirpe de las viejas tribus
Te cuidaran
Sueña niña sueña y atrévete
Y valor

La noche es grande… vuela tu en paz.

1 comentario:

Botona dijo...

Ana no duerme... parece que a este flaco le quedó algo de otro ídem, no?