un poco de todo, mucho de nada, razones, reflexiones y cualquier cosa cercana...

domingo, 16 de diciembre de 2007

Pasaje de una noche

Ya había pasado algo más de una hora desde que me había acostado. Esto lo sabía por esa costumbre que tengo de mirar el reloj de la mesa justo antes de cerrar los ojos. Siempre. Puedo decir a que hora me acosté cada día de la semana. En fin, como decía, ya había pasado una hora y, al contrario de cualquier otra noche, en vez de estar relajado y respirando lentamente, me sentía completamente acelerado.
Mi corazón contaba latidos más numerosos que los que podría llegar a tener. Sentía como estaba a punto de colapsar, a minutos nomás del latido final. Mi respiración también estaba agitada. No llegaba a entrar aire a los pulmones y, esa sensación de no poder respirar no me dejaba pensar en nada más. Era como estar ahogándose en el mar. Mi pieza como un inmenso mar sin agua. Mis músculos estaban tiesos, no podía moverlos. Temblaban. Quería hacer fuerza y levantarme a abrir la ventana pero mi cuerpo no respondía. Los esfuerzos mentales que hacia para intentar salir de la situación eran en vano.
Me desperté hoy a la mañana y me acordé de este pasaje de anoche. No se si pasó. No se como lo resolví.
PnZ

2 comentarios:

: dijo...

Ayer casualmente me pasó algo similar. Bah, similar hasta '.Mar(...)'
Pero lo mio fue bastante positivo

florence dijo...

eso me pasa mucho, pero mucho, casi a diario. despertarme y saber que al final me dormí es un enorme placer; intentar dormir en uno de esos momentos sabiendo que ya me pasó y que ya lo resolví, más.